El 'boom' de las caravanas hace que España necesite triplicar el espacio reservado para estos vehículos si quiere atender toda la demanda de un tipo de turismo en auge que está sufriendo también la escasez de vehículos, que se han encarecido un 15 % en tres meses y que en 2022 verá caer las ventas un 25 % respecto de 2021.

Según la Asociación Española del Caravaning (Aseicar), este verano circularán por el territorio español entre 150.000 y 170.000 autocaravanas, y esto, para el presidente de la organización, José Manuel Jurado, va a generar una “hecatombe” en regiones como Asturias y Cantabria, ya que España carece de áreas de servicio adecuadas para atender la creciente demanda.

“Vamos a salir en los telediarios por cosas que no son positivas”, asegura Jurado en una entrevista con Efe, en la que recuerda que España cuenta con 1.100 áreas de servicio de caravanas, casi mil más que hace una década, pero muy por debajo de otros países vecinos, como Alemania (5.700), Francia (7.500) o Italia (4.800).

Más áreas para caravanas

Según Aseicar, que dice que agrupa a más del 90 % de las empresas distribuidoras de caravanas, autocaravanas, carros, carros tienda, "bungalows", módulos y "mobil-homes", "hacen falta unas 2.000 áreas para caravanas más" si se quiere atender a toda la demanda, que este año previsiblemente será mucho más fuerte que la de los dos años previos, ya que este verano ya no hay restricciones a la movilidad internacional.

“Ya lo avisamos el año pasado y se lió. Y este año va a ser peor porque van a venir de todos lados”, advierte Jurado, quien pide a las comunidades autónomas “que se pongan las pilas” para crear nuevas áreas, principalmente a las de zonas de costa.

Fuentes del Ministerio de Turismo explican que parte de los fondos europeos que España está recibiendo se podrían destinar a este fin, aunque apuntan que se trata de una decisión que han de tomar las administraciones locales y las comunidades.

Escasez de nuevos vehículos

Las autocaravanas son un sector en alza, aunque, según Jurado, “falta capacidad (para impulsarlo), aunque interés hay”, y es que como cada verano “la demanda supera la oferta”, pero este año se suma además el problema de la escasez de nuevos vehículos: "Todos los años solemos ampliar la flota de alquiler pero este año es imposible”, reconoce.

"Esperábamos 9.000 matriculaciones para este año, pero no vamos a llegar”, reconoce el representante de un sector que, como el resto de la automoción, está sufriendo los cuellos de botella internacionales en la producción y distribución de chips y componentes.

La crisis de componentes primero, que “afecta a todo el sector y parte de la industria” y después la guerra de Ucrania, que “además del drama humano, está afectando al precio de las materias primas y al funcionamiento de las fábricas”. De hecho, las previsiones actuales son de un “25 % menos de ventas” que el año anterior por no tener “capacidad”. Y eso para algunas empresas que necesitan vender para cubrir gastos es una “tragedia. Algunos lo van a pasar muy mal”, pronostica.

Para el presidente de Aseicar, la situación es “desgraciada e inédita”: “Estamos de moda y mucha gente se nos acerca, pero tenemos un problema mundial que no depende de nosotros”. Como un claro ejemplo que ayuda a ilustrar la escasez de vehículos -por la que casi "no se pueden ni dar plazos"-, Jurado apunta que tras el salón mundial del caravaning, celebrado el pasado octubre, “todavía hay coches comprados en octubre que no se han entregado y que no se sabe cuándo estarán”.

Subida de los precios

Los usuarios de caravanas también están adaptándose a las nuevas circunstancias y están asumiendo un fuerte encarecimiento de las caravanas y también del combustible, que se encuentra en máximos tras la invasión rusa de Ucrania, lo que está provocando un diferente perfil de viajes y viajeros.

"A la hora de planificar los viajes, preguntan por menos días, y por viajes más cortos", explican desde la asociación, que calcula que las caravanas han subido de precio un 15 % en tres meses. De hecho, apuntan que cualquier cliente, que suele tardar un par de meses en “decidirse” a comprar una autocaravana, cuando lo hace “igual su vehículo ya es 8.000 euros más caro”.