El desarrollo de la movilidad eléctrica depende de la red de puntos de carga pero también del precio de la electricidad, que ha subido hasta amenazar los vehículos eléctricos. La carga rápida en algunas estaciones públicas españolas puede salir más cara que repostar gasolina, según denuncia la OCU en un estudio comparativo

Las diferencias de precio por recargar un coche eléctrico son enormes y van desde la gratuidad en algunos puntos como centros comerciales hasta una tarifa de 1 euro por kWh. El coste por recargar en el propio garaje oscila entre 0,08 y 0,16 euros en función de si se dispone de tarifa nocturna o de hora valle, pero llega una horquilla de 0,30 euros a 1 euro en puntos públicos de carga rápida. 

Un 60% más caro

La OCU hizo una prueba con un viaje en coche eléctrico realizado entre Madrid y Barcelona en el que pudo comprobar que el coste puede salir más caro en un coche eléctrico que en uno de gasolina si se tiene que recargar en un poste de acceso público. En una de las dos paradas necesarias para cargar en un trayecto de 600 kilómetros, la electricidad se pagó a 0,79 euros el kWh, lo que implicó un coste de 16 euros cada 100 kilómetros, frente a los 10 euros a los 100 kilómetros que costaría de media circular con un coche de motor de gasolina. Es decir, que en ese caso viajar con el coche eléctrico cuesta un 60% más que con un turismo de gasolina.

"Es más, el coste de la carga pública en una estación podría ser incluso mayor. Y es que en aquellas estaciones donde resulta imprescindible el uso de una aplicación, el precio final para una misma carga puede llegar a multiplicarse por dos o incluso por tres, cuando se utiliza una aplicación distinta de la de la empresa propietaria de la estación", ha indicado OCU.

La organización de consumidores considera que estas tarifas elevadas son un "significativo" obstáculo a la movilidad eléctrica que se suma a la "escasez" de electrolineras que existen fuera de las ciudades y las grandes autovías nacionales.

Seguimiento de precios

Por todo ello, OCU ha solicitado a la Administración la creación de un sistema de monitorización de precios, igual que ya existe para las estaciones de repostaje tradicionales, de modo que el conductor pueda comprobar el coste de cargar su coche eléctrico en las distintas electrolineras.

También ha pedido un "decidido" impulso a la apertura de nuevas estaciones de carga y la potenciación de puntos de recarga rápidos, ya que, según considera, por mucho que bajen los precios de los vehículos eléctricos, "sus ventas no terminarán de despegar mientras no exista una red de carga rápida lo suficientemente cómoda y asequible".