El automóvil fue la industria estrella del siglo XX, la máquina que cambió el mundo, la que creó más empleo y riqueza. Nació en Europa en el siglo pasado, creció, se popularizó, fue sinónimo de libertad, pasión, glamour, innovación y futuro. Pero con el cambio de siglo cambió su imagen. Mientras China dejaba la bicicleta para subirse a las dos o cuatro ruedas y se convergía en el primer mercado mundial, en Europa el automóvil empezaba a ser visto como algo sucio y hasta feo, sin saber muy bien por qué y sin muchas alternativas para lo que hace, movernos y mover todo lo que necesitamos para seguir siendo civilizados.

Y mientras estábamos en ese despiste, un poco gallego de no saber si subimos o bajamos, llegó la pandemia que nos hizo volver al siglo XIV, aunque por suerte con tecnologías de comunicaciones de Star Trek. Nunca en los últimos siglos se había parado el mundo como lo hizo en 2020.

Vehículos estratégicos

Un paisaje de apocalipsis cubrió la tierra. Fábricas paradas, ciudades vacías y carreteras por las que sólo circulaban algunos camiones y furgonetas para que pudiéramos seguir comiendo y curando a los enfermos. Esos vehículos, olvidados y despreciados sólo unas semanas antes, se hicieron estratégicos. 

Cuando volvimos a salir parecía que todo seguía igual, pero en los próximos meses iremos viendo todo lo que ha cambiado. Auto Mobility Trends da algunas pistas. Menos inversiones, lo que supondrá menos empleos y menos riqueza en el futuro. Más debilidad para un sector que ya estaba señalado y que está abocado a una tecnología eléctrica sobre la que no tiene control. Además, aún no existen las infraestructuras para alimentarla y no se esperan a corto plazo. La alegría campa entre los recién llegados, los jóvenes, la nueva movilidad. Donde el negocio, por nuevo, se mueve todavía al margen de regulaciones, controles y malos humos. Ellos son los hippies surgidos del año que vivimos peligrosamente.


Este artículo ha sido publicado en la revista del Barómetro Auto Mobility Trends 2021 de Coche Global y Metyis, que se puede consultar de forma íntegra en este enlace.