El Grupo BMW ha decidido reivindicar el papel de los motores diésel en la transición energética. La compañía alemana ha presentado su estrategia para extender el uso de biocombustibles avanzados en sus flotas, con el objetivo de reducir hasta un 90% las emisiones de CO₂ gracias al uso del HVO100, un diésel sintético procedente de aceites vegetales hidrotratados.


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La iniciativa busca ofrecer alternativas sostenibles a las empresas que gestionan grandes flotas y que todavía dependen de motores de combustión. “Nuestro objetivo es tener vehículos más respetuosos con el medio ambiente y eficientes en la carretera. Con el HVO100 podemos reducir significativamente la huella de CO₂ de las flotas sin necesidad de cambiar de vehículo”, explica Martin Kaufmann, director de desarrollo de sistemas de propulsión de BMW.

Una flota piloto con diésel renovable 

BMW ya ha puesto en marcha una flota piloto que funciona exclusivamente con HVO100. Gracias a un nuevo sistema de verificación, los datos de repostaje de cada vehículo se cruzan con los registros de pago de los operadores de flotas, garantizando así la trazabilidad total del combustible utilizado.

“El diésel sigue siendo una tecnología de propulsión excelente para muchos clientes, especialmente en usos intensivos o de largo recorrido. El HVO100 ofrece una forma rápida y práctica de reducir emisiones sin renunciar al rendimiento”, añade Bernhard Kuhnt, director de ventas para Europa.

Los primeros acuerdos con operadores de flotas en Alemania e Italia están a punto de firmarse, mientras que la flota interna del Grupo BMW ya se alimenta de este biocombustible como parte de su plan de descarbonización.

Nuevo carburante desde la fábrica

Desde enero de 2025, todos los modelos diésel fabricados en las plantas alemanas de Múnich, Dingolfing, Ratisbona y Leipzig se entregan con el primer repostaje realizado con HVO100, concretamente con el combustible Neste MY Renewable Diesel, producido por la compañía finlandesa Neste. Este biocombustible permite reducir las emisiones “del pozo a la rueda” hasta en un 90% frente al diésel fósil.

El llenado inicial antes de la entrega a concesionarios oscila entre cinco y ocho litros por vehículo, una medida simbólica pero significativa que refuerza el compromiso de BMW con la neutralidad climática. El grupo recuerda que sus motores diésel están homologados para funcionar con biocombustibles como HVO100, B10 y eFuels según la norma EN590, así como con mezclas equivalentes para gasolina (E25 y eFuels bajo EN228).

“Opciones en lugar de prohibiciones”

Fiel a su principio de “opciones en lugar de prohibiciones”, BMW defiende la apertura tecnológica como clave para una movilidad más sostenible. La compañía sigue invirtiendo de forma paralela en vehículos eléctricos, híbridos enchufables, hidrógeno y combustibles sintéticos.

“Los combustibles renovables están disponibles hoy. Lo que necesitamos ahora es una normativa pragmática y rápida que reconozca su papel en la reducción de emisiones”, reclama Thomas Becker, director de Política, Relaciones Externas y Sostenibilidad del grupo.

BMW pide que la Directiva europea sobre energías renovables (RED III) se aplique de forma ambiciosa, con cuotas nacionales que garanticen al menos una reducción del 30% de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los combustibles antes de 2030.

España también impulsa los biocombustibles

El movimiento de BMW coincide con la posición del Gobierno de Alemania de una pertura tecnológica que tenga en cuenta de los combustibles sintéticos y de origen vegetal como alternativas para lograr la descarbonización. De forma paralela, en España Repsol ha lanzado un programa de recogida de aceite de cocina usado en 97 estaciones de servicio de la Región de Murcia, que se utilizará como materia prima en su planta de combustibles 100% renovables de Cartagena.

Los clientes que entreguen aceite recibirán 30 céntimos de saldo por litro a través de la aplicación Waylet, fomentando así la economía circular. La energética espera recoger más de 20.000 litros de aceite doméstico al año, suficientes para producir unos 18.000 litros de biocombustible que podrá usarse en vehículos actuales sin modificar el motor.

El consejero de Medio Ambiente murciano, Juan María Vázquez, subraya que esta iniciativa “une a empresa, administración y ciudadanos en una misma meta: convertir a Cartagena en un ejemplo nacional de energía limpia”.