La tensión comercial generada por los incentivos de Estados Unidos solo para vehículos eléctricos 'Made in USA' sigue creciendo. Tras las advertencias de posibles represalias de la Unión Europea y de otros países fabricantes de automóviles, Corea del Sur ha anunciado que va a buscar dar una respuesta conjunta junto con a la UE a la recién aprobada Ley para la Reducción de la Inflación de Estados Unidos, que excluye de incentivos fiscales a los coches eléctricos ensamblados fuera del país norteamericano.

Aunque el grupo de Hyundai y Kia tiene fábricas de ensamblaje de vehículos en Estados Unidos, muchos de los automóviles eléctricos que vende en ese país son importados desde su sede central en Cora del Sur. Por ello, la compañía surcoreana teme que la nueva ley proteccionista aprobada por el Senado les haga perder terreno en el segundo mayor mercado mundial de vehículos tras China.

Presencia de Hyundai y Kia en EEUU

Hyundai Motor anunció, antes de la polémica ley, que invertirá 5.540 millones de dólares (5.245 millones de euros) en Estados Unidos para construir una nueva planta en Georgia de producción de vehículos eléctricos y baterías. El grupo surcoreano hizo público su proyecto de nuevas instalaciones de producción en Estados Unidos coincidiendo con la visita al país asiático del líder de la Casa Blanca, Joe Biden, quien ha prometido estrechar la cooperación económica con Seúl y aumentar la apuesta conjunta por el desarrollo de industrias limpias.

Hyundai tiene previsto comenzar el próximo enero la construcción de la planta en Georgia con el objetivo de que comience a estar operativa en la primera mitad en 2025, con una capacidad de producción anual de 300.000 vehículos eléctricos, según anunció en un comunicado el grupo surcoreano. Hyundai señaló que se ha decantado por el estado de la costa este estadounidense debido a su disponibilidad de mano de obra, "su capacidad de cumplir los estándares de neutralidad de carbono" o por la red ya existente de firmas subsidiarias y proveedoras del grupo surcoreano.

Kia, perteneciente al grupo Hyundai, ya dispone de una planta de producción en Georgia, mientras que el mayor fabricante surcoreano también cuenta con instalaciones de producción en Alabama, donde invertirá unos 300 millones de dólares adicionales para producir modelos híbridos y eléctricos, según anunció el mes pasado. La inversión de 5.540 millones de dólares en Georgia se verá acompañada de otros 1.000 millones aportados por proveedores, lo que se espera que genere más de 8.000 puestos de trabajo en el estado, según Hyundai.

Conflicto comercial internacional

"Algunos exportadores europeos como Alemania o Suecia han compartido su preocupación con nosotros. A partir de septiembre, mantendremos consultas activas con la UE y otros países en nuestra misma situación para explorar respuestas conjuntas", ha asegurado el viceministro de Industria surcoreano, Jeong Dae-jin. El propio ministro de Industria, Lee Chang-yang, aseguró ante el Parlamento que el Gobierno meditaría si llevar el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por violación de su principio de no discriminación. La UE lanzó una advertencia en el mismo sentido unos días antes al considerar que las ayudas proteccionistas de EEUU van en contra de los acuerdos de libre comercio.

No obstante, el viceministro Jeong, en declaraciones que recoge la agencia Yonhap, aclaró que plantear una queja ante la OMC es "un último recurso" y que la intención de Seúl es dialogar con Washington cara a cara sobre la implementación de la ley. De hecho, varios funcionarios surcoreanos de alto rango tienen previsto viajar a EE.UU. esta semana, mientras que el ministro de Comercio, Ahn Duk-geun, prevé reunirse con representantes estadounidense para tratar la mencionada ley durante la visita que tiene planeada a Washington en septiembre.

7.500 dólares de subvención

La Ley para la Reducción de la Inflación, medida estrella del presidente Joe Biden con la cual espera mejorar los apoyos para los demócratas en las legislativas de noviembre, amplía la subvención por la compra de vehículos eléctricos hasta 7.500 dólares para los nuevos y 4.000 para los usados, pero solo para aquellos ensamblados en EE.UU., que además deben montar baterías fabricadas íntegramente en el país norteamericano.