Las subastas de automóviles clásicos que rodean al salón Rétromobile, que se celebra en Paris del 31 de enero al 4 de febrero, son siempre apasionantes. Pero en esta edición hay la posibilidad de hacerse con coches realmente especiales, como el Fiat 500 Spiaggina, que en 1958 Gianni Agnelli, propietario de Fiat, encargó al diseñador y carrocero Felice Mario Boano, que en 1944 había comprado la empresa Carrozzeria Ghia.
Posiblemente no sea el coche más caro de la subasta, podría alcanzar los 270.000 o 290.000 euros, y hay algunos ejemplares millonarios, pero ninguno podrá competir en estilo y originalidad. En aquella época Agnelli no era aún presidente de la Fiat, cargo que asumió en 1966, las riendas de la compañía estaban en las manos del experto Vittorio Valletta. El heredero disfrutaba de la vida antes de asumir su responsabilidad, algo que le había dicho su abuelo y él siguió al pie de la letra.
Único vehículo superviviente
Dice la leyenda que Boano sólo hizo dos unidades de esta especial petición, una para Agnelli, que lo registró el 25 de junio de 1958 como se refleja en la documentación original que se adjunta con el modelo, y el otro para el millonario griego Aristoteles Onassis, que se destruyó tras un accidente. La Spiaggina (playa) de Agnelli es el único que existe y mantiene la primera matricula 259879 TO.
La idea de este coche era muy original en ese momento, el Mini Moke no llegaría hasta 1964 y el Citroën Mehari en 1968. Es un coche para la playa, abierto, con un interior fácil de lavar, un diseño que puede recordar un barco y mucho estilo. El Avvocato lo utilizó durante los veranos de 1958 a 1970, cuando estaba en su finca de la Cosa Azul francesa, ‘Villa Leopolda’ en Villefranche-sûr-Mer, cerca de Niza y de Cap Ferrat. En él paseaba a sus invitados entre los que podían estar los Kennedy o los Kissinger. Era la época de la Dolce Vita cuando nacieron los paparazzi y el coche apareció reproducido en los periódicos y revistas de todo el mundo, incluso en la revista Vogue, la biblia del estilo. Así este Fiat 500 Spiaggina se hizo famoso y creó la tendencia de los ‘coches de playa’ y un nuevo segmento. La propia Fiat desarrollo varios modelos Spiaggina.
Está construido sobre el chasis de un Fiat 500 Nova, que llevaba un motor de dos cilindros, 479 cm3, refrigerado por aire y con una potencia de sólo seis caballos. No tenía techo ni puertas, un toldo protegía a los ocupantes si hacía mucho sol. El interior es impermeable para poder limpiarlo simplemente con una manguera porque estaba pensado para trasladar a sus ocupantes directamente cuando salían del mar.
Diseño marítimo del Fiat playero
Los asientos delanteros son individuales y de mimbre con el aspecto de unas sillas de terraza. El trasero es de una pieza, también de mimbre, pero tapizado y ligeramente elevado, con un estilo que recuerda las típicas lanchas de los años 60, como las Riva. El volante Nardi es de madera y metal, como la palanca del cambio.
En el diseño lateral es donde más remarca su vocación náutica. La baja línea de cintura está marcada por una pieza de madera náutica que rodea toda la carrocería e imita la borda de un barco. La pintura es blanca en la parte superior y azul en la inferior que imita el agua para que parezca una lancha.
Parece que alrededor de 1973 Agnelli le regaló este coche a su chofer, Bernadino Aiassa, quien posteriormente lo vendió. Lo localizó un coleccionista de Turín que lo exhibió en el Concorso d'Eleganza Villa d'Este de 2018, incluso sin restaurar estaba perfecto. Se intentó vender en 2022 en Turín pero el precio que se pedía era muy alto.
Modelos en la subasta
El Spiaggina puede ser uno de los ejemplares más originales que RM Sotheby’s subasta el día 31 en París pero desde luego no será el que alce una mayor cotización. Este año la casa de subasta regresa a su ubicación tradicional en la primera venta del año, el Carrusel del Palacio del Louvre, y para destacarlo ha hecho una selección especial de supercoches clásicos y modernos y algunas piezas relacionadas con deportes del motor.
Entre los ejemplares que pueden alcanzar un mayor precio destacan un Ferrari 250 GT SWB Berlinetta Competizione de Scaglietti de 1960 que podría situarse entre los 9 y los 11 millones de euros; un Ferrari LaFerrari de 2016, entre 3,7 y 4,8 millones; un Lamborghini Centenario LP770-4 Roadster de 2018 que podría legar a 4 millones o un Ferrari Enzo de 2003 valorado en 3,5 millones.