Audi ha presentado unas cuentas del primer semestre con un incremento del beneficio neto del 15,4%, hasta llegar a 2.380 millones de euros. Sin embargo, el fuerte incremento de las ganancias está muy influido por un resultado financiero de 450 millones que incluye, entre otros factores, los dividendos procedentes de la sociedad conjunta con la que la marca opera en China. Las ganancias operativas subieron mucho menos, un 3%, y alcanzaron los 2.761 millones, un porcentaje más próximo al incremento de los ingresos, que fue del 3,9% y elevó la facturación a 31.183 millones. El margen de rentabilidad de Audi permaneció estable en el 8,9% respecto a las ventas.
La producción subió el doble que las ventas
Las ventas de vehículos se incrementaron en un 4% en el primer semestre de 2018, con lo que llegaron a 949.282 vehículos. En cambio, la producción de coches aumentó más del doble, un 8,7%, y alcanzó 1.024.753 unidades. La marca atribuyó esa diferencia más abultada de lo habitual a la generación de un stock antes de que entre vigor el nuevo test de control de emisiones en septiembre, que permite a los fabricantes vender un cierto número de vehículos fabricados con anterioridad. Audi prevé una gran volatilidad en los flujos de producción y suministro de vehículos en la segunda mitad del año debido a la entrada en vigor del nuevo sistema de control de las emisiones WLTP, más exigente que el anterior y que está provocando algunas demoras en las homologaciones de vehículos. En el volumen de ventas de Audi se incluyen 94.616 unidades del modelo Q3 fabricadas en la planta de Seat de Martorell.
