El descalabro del diésel iniciado hace unos años y acelerado con el dieselgate es presentado por algunos dirigentes de ciudades y gobierno como un alivio para la contaminación de la atmósfera. Pero a menudo esos mismos dirigentes no mencionan la otra cara de la moneda. ¿Qué efecto tiene la caída del diésel y la subida de la gasolina en un momento en que se han encendido de nuevo las alertas por la escalada del CO2?
Gasóleo versus gasolina
Aunque a corto plazo no se pueda decir que el automóvil se encuentre detrás del repunte mundial del CO2, a medio y largo plazo se puede invertir la tendencia de los últimos años en que los coches nuevos han ido bajando el nivel medio de las emisiones de dióxido de carbono. A pesar de las mejoras en los motores de gasolina, sus emisiones de CO2 siguen siendo superiores a los niveles de los motores de gasóleo.
Así han aumentado las emisiones de CO2 desde el inicio de la revolución industrial!! Ideas: - La tecnología nos podrá ayudar xo no nos salvará - Cada país debe aumentar sus compromisos de reducción de CO2. - Cambiar nuestros modos de vida es una prioridad.#COP23 #GreensCop23 pic.twitter.com/xPbqX3IYy2
— Florent Marcellesi (@fmarcellesi) 13 de noviembre de 2017
¿Por qué bajó la gasolina?
La contribución a la lucha contra el efecto invernadero causado por el exceso de CO2 fue el objetivo buscado por la industria y las administraciones al favorecer fiscal y comercialmente los vehículos diésel. En ese momento, la contrapartida del incremento del óxido de nitrógeno parecía no preocupar a las autoridades a pesar de sus efectos nocivos en los problemas respiratorios de miles de personas.
Sin soluciones inmediatas
La única solución real para que el sector del automóvil deje de estar en ojo del huracán por el nuevo aumento del CO2 es un verdadero impulso a la nueva movilidad basada en vehículos eléctricos, de hidrógeno, híbridos y gas. Pero por ahora el relevo es lento y con poca convicción. Como mal menor, la renovación efectiva del viejo parque automovilístico también puede ayudar a rebajar las emisiones de gases nocivos para la salud y el medio ambiente. Los fabricantes de vehículos seguirán atrapados en el laberinto de acusaciones sin tener una solución rápida ni eficaz.
